La cafetera que obliga a entablar relaciones para obtener un café

Bajo este titular alguien podría pensar que se trata de una invasión alienígena o de la tan temida rebelión de los electrodomésticos… ¡pues no! Es un invento real como la vida misma: Unos investigadores de Singapur han ideado una cafetera que obliga a generar encuentros entre desconocidos si quieren obtener un café.

Muchas veces hemos hablado ya del café como eje vertebrador de relaciones entre personas, cosa que debían tener muy clara en el Economic Development Board (EDB) donde han decidido inventar una cafetera que obliga a los consumidores a interactuar con otros consumidores si quieren tomar un café, bautizándola con el nombre “Coffee Connector”.

El funcionamiento es muy sencillo, es una máquina de café con dos dispensadores que sólo pueden funcionar a la vez. Así pues, no cabe posibilidad de sacar un único café, siempre tienen que ir en pareja. Es misión del usuario buscar a una segunda persona que le eche una mano en su labor cafetera e interactuar. Para los más pillines… os advertimos que no se puede engañar a la máquina porqué está equipada con un software de reconocimiento que sólo se activa con la presencia frente al sensor de una persona real (bueno, en este caso 2).

Para redondear la acción, que suele ser muy bien acogida, los usuarios pueden imprimir un protector de baso como recuerdo, hacerse una fotografía y compartirla en las redes sociales bajo el hashtag #sgcoffeeconnect

La máquina en si es un poco grande y no está a la venta para usuarios finales, de momento sólo existe una y la van transportando allá donde la necesitan, cumple su función y se marcha (algo así como Mary Poppins)

En Mini moka estamos muy a favor de estas acciones de socialización en torno al café, nos encanta saber que gracias a nuestra bebida favorita millones y millones de desconocidos dejarán de serlo.

A continuación os dejamos un par de vídeos donde podréis ver el proceso de diseño de la cafetera “Coffee Connector” y su presentación en una convención que nada tenía que ver con este asunto.

En definitiva… ¡Viva el café y viva la gente!